La Nada mas Grande de Todos los Tiempos
No quiero hacerme el puritano, pero extraño un poco cuando existía la vergüenza. Si decías “ pija ” en tu casa, te miraban con cara de culo y, cuanto menos, te comías un regaño. Si, por casualidad, reproducías un audio con gemidos, esos que te mandaba alguno de los hijos de puta de tus amigos, te ponías tan nervioso que se te enredaban los dedos intentando apagar esa mierda. Hoy la familia mira porno sentados en la mesa mientras comen. Las discusiones son a qué actriz le darían el premio por la mejor mamada o por qué actor se dejarían llenar la cara de leche. La sexualidad se ha normalizado. Y no digo que eso este mal, solo que dan más importancia a lo sexual de lo que se merece. Hablar todo el tiempo de lo mismo llega a saturar. Ya entendí que te gustan las pijas no es necesario que me muestres la boca abierta y preguntes que te metería en una historia de Instagram. Vivimos en una época en donde puede considerarse abuso saludar con un beso o dar un abrazo, pero puedo ver a u...