Sólo Mídelo en Centímetros
Mi primer jefe se llamaba Fred. Yo tenía unos veinte
años y aún pensaba que se podía triunfar en una profesión como el periodismo de
espectáculos.
Algunos lo llaman prensa rosa.
Una de mis primeras notas fue con una de las
divas más grandes de este medio, Sunsan Sánchez. Por supuesto que estaba
acojonado.
La teníamos en exclusiva para que hable sobre el
nuevo incidente que revolucionaba el mundo de la farándula. Un momento bisagra
para una humanidad a la que le faltan un par de guerras.
Si hablara de escándalos políticos sería prensa
amarilla. El termino se usó para referirse al modo sensacionalista de hacer
periodismo por parte de Joseph Pulitzer.
Fred me llamó a su oficina y mientras giraba a mi
alrededor despidiendo humo del puro que fumaba, me aconsejaba como hacer una
entrevista que valga la pena.
—Debes hurgar en su basura. —dijo—
—¿Qué debo buscar?
—Cualquier cosa, la gente necesita saber.
Si no encontraba una toalla sanitaria o un tampón
podíamos decir que estaba embarazada. Si se atreve a desmentirlo podríamos
dejar caer sutilmente la idea de que se ha provocado un aborto.
Si hablara de hechos sangrientos o violencia
explícita sería prensa roja.
Por el hueso de pollo o un borde de un bistec
sabíamos que no era vegetariana. No importa si ella lo había consumido.
Cuando demos la nota asumiremos que en algún
momento ella afirmó que no comía carne por estar a favor de los derechos de los
animales. Lo haya dicho o no.
Desmontaremos su mentira.
Si hablara del medio ambiente sería prensa verde.
Era importante buscar cajas de pastillas, saber
que toma con que está medicada. Con cualquier ansiolítico o un antidepresivo
diremos que tiene problemas psiquiátricos. Si veía aspirinas o ibuprofeno
anunciaremos que tiene alguna enfermedad grave. Cual se nos ocurrirá más
adelante.
Una jeringa significa el uso de heroína.
Demasiados pañuelos descartables significaban el
uso de cocaína.
—Podría estar resfriada.
—Siempre es cocaína.
Si encontráramos colillas o papel para armar
cigarrillos podíamos presumir que fumaba marihuana a diario. Mínimo día por
medio.
—Canábica hija de puta.
A nadie le importa la verdad, solo quieren
consumir algo, lo que sea, lo que les digas que deben consumir.
—Cuando vas a una de esas casas de comida rápida.
¿Piensas en la vaca que murió para que comas esa hamburguesa? —dice Fred—
—No. —respondo—
—¿En el cerdo del que arrancaron la piel para que
disfrutes ese bacón?
—No.
—Claro que no, quizás esté hecha de rata. Hay
cosas que es mejor nunca saber. Lo único que te interesa es el sabor.
Aprendo de cada una de sus palabras, aunque hay
veces que no lo entiendo.
—El periodismo es lo mismo. Las personas buscan
la noticia procesada. La materia prima les da igual. No les importa la vaca. Ni
si quiera quieren saber si la vaca es en realidad una rata. Lo único que
interesa es el sabor, la noticia.
Asiento con la cabeza, pero mi mente aún procesa
sus palabras.
Hay cosas que es mejor nunca saber.
Si hablara de crímenes y delitos sería prensa
negra.
Fred decía que para las estrellas siempre es
mejor que hablen de ellas a que no se diga nada.
—Cualquier cosa es mejor que el silencio. Hasta
la peor noticia es buena.
Es su forma de conseguir trabajo, de mantenerse
todo el rato sobre la cresta de la ola. Las personas olvidan rápido y siempre
hay alguien dispuesto a tener un escándalo para sobresalir.
Alguna chica siempre puede decir que ha sido
abusada.
Algún chico siempre puede decir que es homosexual
y que lo discriminan por eso.
Desmentirán cualquier cosa que diga la prensa,
quizás griten, lloren, se ofenderán y amenacen con juicios y abogados, pero por
dentro están felices que se pronuncie su nombre.
La realidad es que no les importa que dicen las
noticias sobre ellos, sólo lo miden en centímetros.
—Ese es el secreto —decía— por eso importa una
mierda si es mentira o verdad.
Si sería objetiva se llamaría prensa blanca.
Mi camarógrafo y yo fuimos a entrevistar a Susan a la mansión mas lujosa del barrio mas lujoso.
Recordé a mi padre cuando me hablaba de que nada
se consigue sin esfuerzo y sacrificio. Una polla.
Nos escoltaron hasta una sala y nos hicieron
sentar sillón de cuero de cocodrilo beige y cojines de tela blanca.
Cinco minutos después ella llegó a la sala donde
la aguardábamos con un vestido negro trasparente con abundantes encajes y sin
sostén.
Tendí mi mano para saludarla, pero ella pasó de
mi como si fuera parte del mobiliario.
Mi camarógrafo prendió su cámara.
—Que se vea bien el escote —dijo Susan—
Seguramente eran nuevas y esa era su forma de
pagarlas.
Puse el micrófono muy cerca de su boca y
comenzamos la nota.
Conversamos sobre la nueva obra de teatro que
protagoniza. Se trata de una mucama que emborracha a su jefe para acostarse con
él. Me dijo que era pícara comedia
familiar, ideal para verla con tus hijos. Y no, no es una adaptación a ninguna
obra conocida de Shakespeare.
Luego quise indagar sobre el tema que me había
llevado hasta allí. Necesitaba que habláramos acerca del controversial suceso
que tenía en vilo a la opinión pública. Su valiosísimo testimonio me haría
crecer en mi profesión. El canal seis sería número uno en audiencia y las redes
sociales se harían eco de mi nota. Mi talento como cronista sería apreciado por
millones, el público pediría mis crónicas, las estrellas implorarían que les
haga un reportaje.
Yo miraré mi apretada agenda y diré… quizás en
mes o dos…
—Solo quiero que sepan que este tema me tiene muy
preocupada, pero no voy a hablar más de este asunto.
Agradeció la
presencia del canal en su casa, se incorporó y se marchó por el mismo sitio que
había entrado.
Hija de mil
putas.
Con sólo una
frase había tirado mis sueños al retrete. ¿Y sabes que le ocurre cuando tiras
muchas porquerías al excusado? Las cañerías se tapan y la mierda se desborda.
Ese era yo
en ese momento. Pura mierda.
Llegué al
canal solo con un video cutre de Susan Sánchez diciendo cosas que nadie quería
escuchar.
Fred miró la
nota con atención sin decir una palabra.
—El logo del
canal seis en el micrófono se ve perfecto. —dijo—
—Pero en
realidad no dijo nada import….
—¿Alguna vez
has filmado a tu novia mientras te la chupaba? —Interrumpió—
—Quizás…
La verdad es
que he gravado a varias de mis ex novias hablando al micrófono igual que lo
hacía Susan.
—¿Te has
puesto a pensar que en realidad no la filmas a ella, a su cara, sino lo que
hace con tu pene?
Sutil
diferencia, pero era cierto.
—Con el
periodismo es igual. Me importa una mierda lo que haya dicho, lo realmente
esencial es que el logo del canal seis se haya visto claramente.
—Tampoco
pude hurgar en sus desechos —le digo— pero podríamos inventarnos alguna
historia…
—¿Sin
pruebas que la sustenten? ¿Estás loco?
Así era él.
Fred murió
años después en la mesa de operaciones de una clínica privada a la que había
asistido para hacerse una liposucción. Un rumor dice que también le habían
practicado una gluteoplastía, pero no puedo afirmarlo.
Ningún medio
cubrió la noticia.
Creo que hoy
el mundo es un lugar un poco más triste.
SÓLO MÍDELO EN
CENTÍMETROS
Cocaína Social
by Nielsen Gabrich
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